Participar en concursos de relatos es algo que siempre me ha gustado, discretos, en petit comité, casi privados, un juego.
Invoco al maligno mientras el estilete penetra pausadamente hasta el corazón de la muñeca envuelta con su pañuelo y allí queda hundido, clavado hasta la empuñadura. Unas gotas de sangre brotan y salpican. Oigo su alarido. Sonrío, el vudú ha funcionado.
7 comentarios:
Me encanta tu "estilete".
No quiero ni imaginar quien es la paciente sufriente de esa historia aunque eso de dejarla respirar para luego machacarla del todo me da que pensar.
Gracias FAUVE.
Muy acertado doctor, da que pensar, sí.
Este microrelato a concurso lo hice pensando en alguien determinado conocedora de sus creencias y, al tiempo, prevenciones feticheras y milagreras, sabía que lo leería, y dí en el clavo ella fué quien lo nominó. Se pueden sacar varias conclusiones de este "experimento" ¿no cree?
Me da usted miedo embolic. Es tremenda
No me diga eso doctor, no me diga eso por favor.
Ay, que me troncho, socorro que me va a dar algo del ataque de risa!!! XDD
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